jueves, 26 de noviembre de 2020
Clamor contra la violencia machista Una marea morada sale a la calle en el día Internacional dela Eliminación dela Violencia contra las Mujeres. «La pandemia eres tú», clamaron en Donostia
miércoles, 25 de noviembre de 2020
Comunicado del Consejo de Igualdad con motivo del 25 de noviembre
El órgano municipal de participación denuncia las violencias machistas y recuerda que debe seguir aplicándose la perspectiva de género para evitar retrocesos
El Consejo Sectorial de Igualdad del Ayuntamiento de Donostia ha emitido un comunicado con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Machista.
COMUNICADO DEL CONSEJO DE IGUALDAD 25 DE NOVIEMBRE 2020 El 25 de Noviembre es un día de reivindicación y de sensibilización contra todo tipo de violencias machistas. Queremos recordar, a toda la ciudadanía, que 38 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex-parejas en lo que va de año en el estado español y 1.071 desde que empezaron a contabilizarse, en 2003. El año 2019 se cerró, oficialmente, con 55 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas. Las y los menores asesinados son 37 desde 2013, cuando entraron también en el registro oficial quedando huérfanos 237. En 2015, se incluye un agravante, atendiendo al Convenio de Estambul; el acuerdo del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica. El convenio reconoce que “las mujeres y niñas están más expuestas que los hombres a un riesgo elevado de violencia basada en el género”. UNA DÉCADA PARA INCLUIR A LOS HIJOS. La violencia de género se proyecta en horizontal (hacia las mujeres y sus entornos familiares) y en vertical (hacia sus descendientes), pudiendo reproducirse en futuras generaciones porque las secuelas de esta vivencia estará presentes a lo largo de sus vidas. La pandemia de la COVID19, ha resaltado la brecha de género que sigue existiendo en todos los ámbitos de nuestra sociedad, ya que las mujeres son las protagonistas tanto en el sector sanitario, como en el sector de cuidados y el sector social, por ser un colectivo mayoritariamente de mujeres trabajadoras, en servicios esenciales. Las medidas de restricción de movilidad para afrontar la crisis sanitaria, ha intensificado el riesgo de violencia de género, encontrándose en una especial situación de vulnerabilidad e incertidumbre derivado de la situación de confinamiento. En una primera fase los servicios de contención registraron más demandas y en la des-escalada los picos de denuncias aumentaron. Los servicios de asesoría jurídica, psicológica están atendiendo a muchas mujeres en relación a procesos de separaciones, malestares mentales etc. Por ello, nuestra reivindicación para el 25 de noviembre se basa en la denuncia contra las violencias machistas y el recordatorio de que la aplicación de perspectiva de género es fundamental y debe estar presente a la hora de evitar el riesgo de que se produzcan retrocesos en los derechos adquiridos, aumentando las desigualdades y las discriminaciones, y por ello tenemos que realizar políticas que pongan la protección de mujeres precarias y vulnerables en el centro de la vida. Los servicios específicos para la Atención a Mujeres Victimas de Violencia Machista deben ser estructurales y para ello es necesario dotarlos de presupuestos económicos. Como siempre en consonancia con el trabajo preventivo que se ha desarrollado durante los últimos años.
25 de NOVIEMBRE - UN DIA REIVINDICATIVO SUMADO A LOS 365 DE CADA AÑO , CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Los confinamientos decretados por ley debido a la pandemia del COVID19, han influido en la intensificación de la violencia que sufren las mujeres en el hogar. De hecho los servicios esenciales de casas de acogida, refugios y líneas de atención de todo tipo para brindar la ayuda necesaria, se han visto sobrepasados por las circunstancias.
Euskadi registra 15 casos de violencia contra las mujeres al día y Emakunde advierte de que estos datos suponen la punta del iceberg, porque se estima que en torno al 48% de las víctimas no acuden a la policía, al juzgado o a algún servicio de ayuda.
La responsabilidad es de todos y todas para conseguir erradicar esta lacra social que asesina a las mujeres y deja huérfanos a los hijos.
sábado, 14 de noviembre de 2020
LA AYUDA A DOMICILIO INVISIBLE EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ANTE LA PANDEMIA DEL COVID19
La ayuda a domicilio reclama atención y más seguridad
EL SINDICATO ASADE DENUNCIA PRESIONES DE LA EMPRESA AZTERTZEN EN DONOSTIA
ARANTXA LOPETEGI 14.11.2020 | 01:25
Una mujer, ajena a esta información, atiende a una persona mayor.
DONOSTIA– El de las auxiliares de ayuda a domicilio es uno de los colectivos que día a día tiene que hacer frente al riesgo directo de contagio del COVID-19, aunque según quienes lo representan en numerosas ocasiones las medidas que se adoptan para proteger a las trabajadoras no resultan suficientes.
Es el caso de Donostia. O al menos así lo asegura el sindicato Asade que transmitió a NOTICIAS DE GIPUZKOA su reivindicación de que "se informe sobre la situación de ayuda a domicilio del mismo modo del que se informa de lo que ocurre en las residencias".
Según Asade, en la actualidad el número de bajas en la plantilla es muy importante y su situación está resultando complicada porque, informa el sindicato, la información de la empresa Aztertzen, adjudicataria del servicio en Donostia, hacia las auxiliares no está siendo la adecuada, lo que les obliga a asumir situaciones de riesgo innecesario.
Puestos en contacto con algunas auxiliares que prestan su servicio en Donostia, donde se atiende a cerca de 1.500 usuarios, este periódico ha podido saber que en algunos casos las respuestas de las trabajadoras ante situaciones de riesgo han conllevado una sanción por parte de la empresa que, según Asade, "está más preocupada por facturar que por garantizar la seguridad de las auxiliares".
PROTOCOLO En algunos casos, según el sindicato, la empresa ha llegado a presionar a la auxiliar para que siga en su trabajo sin atender al protocolo establecido por Osakidetza.
Asade reconoce que cuando la empresa tiene conocimiento previo de que uno de los usuarios ha dado positivo en la PCR sí se dota a la auxiliar de las medidas de protección personal (EPI) necesarias, aunque en este aspecto se puede también mejorar, ya que en muchos hogares no hay un "punto limpio" en el que se puedan cambiar y asear. Esto resulta fundamental si se considera que una auxiliar presta atención en varios hogares, y pude pasar de uno con COVID a otro en el que no lo hay.
"Entendemos que una auxiliar no puede regresar al trabajo tras haber tenido contacto con un positivo, sin saberlo previamente y sin haber tomado medidas oportunas, si no pasa por un proceso de aislamiento y se aplica todo el protocolo de Osakidetza. Pero ocurre que la empresa está presionando para que vuelva, incluso con amenazas de sanciones", abundan desde el sindicato.
Recientemente una trabajadora que se reincorporaba de una baja médica, no relacionada con el COVID, se dirigió a la empresa para negarse a efectuar un servicio en un hogar con positivos, al pertenecer ella a un colectivo de riesgo. La empresa, explican, le apercibió de sanción y suspensión de salario por varios meses si no realizaba este servicio.
Otro caso al que ha tenido acceso NOTICIAS DE GIPUZKOA es el de una auxiliar que acompañó a una persona usuaria del servicio al autobús que le llevaba al centro de día. A su regreso, el conductor del vehículo avisó a la auxiliar de que había sido enviado a casa, por presentar un cuadro compatible con COVID, hecho que no le fue notificado por la empresa, que llegó a llamar al centro de día para quejarse porque el conductor hubiera informado a la trabajadora de lo ocurrido.
"Es importante que exista una mayor fluidez de información para evitar que las auxiliares se infecten. Estamos hablando de su salud, pero también de la de los usuarios del servicio", subrayaron desde Asade.
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